Todo encofrado de madera, va precedido de la colocación de puntales, los cual soportaran las cargas tanto de las bovedillas como del hierro, así como posteriormente del hormigón. Parece una etapa de proceso automática y sencilla, pero no es así. Sin una correcta colocación , todo nuestro trabajo puede ser en vano. Los puntales siempre deben tener una base firme de apoyo, que por regla general, a la hora de hormigonar el primer forjado, correspondería a la cimentación.
Es importante revisar que los puntales que vamos a colocar como base del encofrado, estén en optimas condiciones, al igual que los tableros. Por desgracia, en muchas ocasiones, he tenido la oportunidad de comprobar la reutilización de tableros, con mas rodaje que el coche de Carlos Sainz. En multitud de ocasiones he revisado forjados, con diferentes direcciones de obra y jefes de obra, y siempre me ha llamado la atención una cosa en concreto, la revisión del encofrado. Siempre se suelen hacer fotografias del forjado antes de hormigonar, pero no de la parte inferior, a no ser que se quiera revisar la seguridad.
En pocas ocasiones, un director de obra, o aparejador, me ha indicado que quería revisar la parte inferior de un forjado, es decir, el apuntalamiento de la estructura de tableros, sobre todo en los primeros forjados de un edificio. Supongo que sera debido a la confianza en la empresa de estructuras o al buen hacer del encargado, o incluso por falta de tiempo, pero es un apartado, que no se revisa tanto como el montaje superior.